lunes, 16 de noviembre de 2009

Otra alternativa ( capítulo Final)


Otra alternativa ( Capítulo final)
Una vida nueva

“ Señores pasajeros les comunicamos que el vuelo 3267 con destino a Alaska saldrá con retraso por motivos meteorológicos, disculpen las molestias”
Genial, creo que me espera una divertida noche en el aeropuerto.
Decidí sentarme en el suelo apoyando mi espalda junto a la pared, toda esa gente protestando por el retraso del vuelo me estaban poniendo nerviosa y aquellos bancos desde luego no estaban pensados para pasar la noche.
Seleccioné unas cuantas canciones en mi mp4, comenzaba a tener hambre y recordé los sandwiches que mi madre se había empeñado en meterme en la mochila, menos mal que no me hizo caso y pese a mi negativa ahí estaban aquellos deliciosos sandwiches.
Cogí uno y me lo comí despacio, saboreando cada bocado ¿ Cuándo sería la próxima vez que volvería a ver a mis padres? ¿Tal vez por Navidad?
Cuando terminé cerré los ojos esperando quedarme dormida, pero apenas podía conciliar el sueño. Los demás pasajeros comenzaban a tumbarse en los bancos sirviéndose de sus equipajes de mano como almohadas. Habían asumido que la noche sería larga.
Rebusqué en mi mochila el libro que me había regalado mi padre de anatomía, , mi mochila era un completo desastre, con los nervios había metido cosas que seguramente no me servirían de nada, sin embargo el libro de anatomía no estaba y en su lugar había metido aquel pequeño y desgastado libro que un día encontré en una caja en el garaje de mi casa, el libro que Edward conservaba de Bella. Creía haberle devuelto todas esas cosas y no recordaba que podía hacer aquel libro allí. Abrí el libro justo por la mitad y del interior de sus páginas cayó al suelo una fotografía. La recogí y me quedé observando su imagen, sentí exactamente lo mismo que aquella primera vez que la ví. Hacia dos años, ya de eso, nunca olvidaría aquel rostro, aquellos ojos caramelo , sin embargo al contemplar la fotografía volvía a ver la belleza de aquel maravilloso ser. Un ser que había sido real pero imposible.
Mi mente retrocedió dos años atrás y comencé a repasar los últimos momentos vividos al lado de Edward.
La noche en la que fui rescatada por Edward y sus hermanos de aquella sádica vampira tomé una decisión. Sentí que aquel mundo no era para mi. Tal vez podría haberlo sido pero la verdad es que Edward no me dajaría entrar en el. Yo hubiese estado dispuesta, pero después de separarnos en el camino que iba hacia mi casa y que Victoria me atrapase, comprendí que Edward no estaba preparado. Sus sentidos le habían fallado porque todos y cada unos estaban concentrados en otra persona, esa persona evidentemente no era yo, sino Bella.
Edward lo sabía y podía leer su culpa en sus maravillosos ojos, y eso que apenas conseguía que me mirase.
Los días transcurrieron sin mas, Edward se colaba por mi ventana para comprobar que me encontraba bien y yo simplemente fingía dormir, por supuesto no le engañaba, pues mucho antes de que el entrase ya sabía que no quería verlo. Resultaba demasiado doloroso.
Una mañana me encontré mejor y con fuerzas suficientes para visitar a Edward en la cabaña del bosque.
El camino se me hacía extraño, Rusty me acompañaba como había sido costumbre , crucé el río por el mismo paso de siempre y por fin, tras caminar nos minutos encontré la cabaña de Edward.
Todo estaba exactamente igual. Para mi habían pasados siglos desde al última vez que estuviese allí. Aquella última vez quedaría para siempre en mi memoria.
No quise entrar, no quería que todo lo que tenía que decirle que por otra lado estaba segura de que el ya sabía me resultase mas difícil, aun si pasaba dentro de la cabaña.
Edward no tardo en presentarse ante mi como si de un rayo se tratase.
- Hola – me dijo mientras acariciaba con el dorso de su mano mi mejilla - Ya apenas recordaba el calor que desprendes - continuó diciendo sin dejar de tocarme el rostro.
- Hola Edward, siento mucho no haber hablado contigo antes.
- No hace falta que te disculpes, yo soy el único que debería hacerlo. Casi te matan por mi culpa.
- Si, es verdad, casi me matan, pero no por tu culpa. Yo sola me he metí en este lío, tu me advertiste de ello y yo insistí. Creí estar segura contigo y la verdad es que me equivocaba
- Sylvia... yo .. lo siento no se que me pasó, no se como no escuché a Victoria.
- Edward no quiero reprocharte nada, todo salió bien y no quiero pensar mas en Victoria y en todo lo que pasó. Hiciste lo imposible por salvarme y lo conseguiste. Te estoy muy agradecida por ello de verdad. No quería morir.
- Pero si no nos hubiésemos conocido no hubieses estado expuesta.
- En eso te doy la razón. Desde que te he conocido he estado expuesta a muchas cosas, a la muerte, al amor, al desengaño... Cosas que no había experimentado nunca antes y que ahora conozco. Es complicado...
- No se que decir Sylvia.. me siento mal por ti por todo esto que ha ocurrido.
- Lo sé Edward... Nunca dejarás de pensar en Bella y hasta que no sepas que es de su vida y si aún piensa en ti no podrás superarlo. Puedes quedarte aquí solo, esperando que otra familia ocupe la casa de los Cullen y otra chica intrépida averigüe lo maravilloso que eres o puedes ir en busca de tu verdadero amor.
- ¿ Y que pasará contigo? Yo te quiero Sylvia, sé que te quiero.
- Pero no soy Bella , no nos podemos engañar y por otro lado no quiero que mis padres vuelvan a pasar por otra misteriosa desaparición, no soporto que sufran y estos días han sufrido mucho.
- ¿ Entonces es un adiós?
- Si, Edward lo es, no me busques no te cueles por mi ventana, no veles mas por mi y hazme caso, busca a Bella.
Mis ojos comenzaron a empañarse de lágrimas, apenas podía creerme lo que estaba diciendo, pero era sincera, lo sentía así, no podía condicionar a Edward y todo su mundo, es lo que había hecho desde el primer día que puse mis ojos en el. Era hora de dejarle ir, de dejarle con su vieja historia, aquella que le acompañaría todo la vida.
Sentí el impulso de abrazarlo pero me mantuve fuerte y sin mas di vuelta atrás regresando por el camino que nunca mas recorrería.
Esa fue la última vez que vi a Edward.
El último año me centré en mis estudios. Tenía claro que quería estudiar medicina. Chloe se había quedado en Europa, al parecer conoció a un parisino y decidió que quería estudiar allí, así que sus planes de ir a la universidad de California habían sido trastocados por algo tan absurdo como el amor.
Había llegado a esa conclusión, el amor era absurdo y decidí que quien quisiera enamorarme lo iba a tener muy difícil, no estaba para nada preparada para ello.
El año pasó deprisa, aunque la rutina formaba parte de mi vida, no me resultó tremendamente aburrido. Salí algunas veces con un chico nuevo que llegó a mitad de curso, Zack.
Era gracioso y me hacía pasar buenos ratos, también quería ser médico así que pasábamos mucho tiempo hablando de medicina.
De vez en cuando íbamos al cine o a cenar , hacíamos los trabajos juntos y nos solíamos sentar juntos en el comedor.
La hora del comedor era lo peor para mi, desde mi desaparición había pasado a formar parte de las leyendas urbanas de Forks y la gente me miraba como a un bicho raro.
Eran increíbles las cosas que se contaban , pero ninguna de ellas superaba la realidad.
Alguna noches soñaba con Edward, eran sueños bonitos en los que el no era un vampiro y yo caminaba por la playa a luz de sol, los rayos del sol no me dañaban y ambos caminábamos de la mano por la orilla del mar. Esos días en los que soñaba ,cuando despertaba tenía el presentimiento que iban a ser días llenos de melancolía para mi y no me equivocaba...
Llegó el día de la graduación, estaba emocionada por ello. Tras la graduación pasaríamos un mes en Alaska buscando un apartamento cerca del campus. Iríamos todos menos Chloe.
Alaska me gustó muchísimo, sabía que su clima era bueno para mi y la universidad era perfecta.
El resto del verano lo pase con Zack en Forks, a menudo íbamos a la playa, cuando el sol ya no podía hacerme daño. Me enseñó a hacer surf y aunque no hice muchos progresos fue muy divertido.
Y ahora me encontraba a punto de cambiar mi vida por completo. De nuevo miré la fotografía, recordé el día que llevé los objetos al jefe Swan y guardé aquella fotografía en el bolsillo de mi abrigo.
¿ Qué sería de Edward? A menudo me hacía esta pregunta.
Un día me encontré al jefe Swan en el supermercado y me atreví a preguntarle por su hija Bella. Intentaba conseguir una pista pero me dejó igual que estaba. Su respuesta fue “ está bien , gracias “ y se marcho rumoreando algo que no alcancé a escuchar.
- “Señores pasajeros del vuelo 3267 con destino a Alaska, les informamos que el vuelo saldrá en 1 hora, diríjanse a la puerta de embarque.”
Por fin! Recogí todas las cosas que había sacado de mi mochila y me puse de pie de un salto. Me dirigí a la puerta de embarque donde ya empezaban a agolparse el resto de pasajeros.
Las azafatas comenzaron a pedir las tarjetas de embarque , parecía que por fin saldría el vuelo.
En el avión me quedé completamente dormida y cuando desperté estábamos tomando tierra.
No tardé en llegar al apartamento. Allí me esperaban Karen y Christina, mis nuevas compañeras de casa. Me instalé en mi habitación, no era muy grande pero tenía un gran ventanal y el paisaje era precioso.
Los siguientes días los pasé haciendo unas compras y acomodándome en el apartamento.
Llegó el día del comienzo de las clases. Estaba nerviosa, mis padres me llamaron a primera hora de la mañana para desearme suerte, los extrañaba muchísimo. En toda mi vida no me había separado de ellos y ahora comenzaba una vida independiente.
El campus ya lo conocía del verano que pasé con mis padres. Aún así, me costó encontrar algunas clases.
Mi última clase del día era en el laboratorio. Llegué de las últimas y no había muchos sitios libres, Era una clase muy solicitada por lo que pude comprobar.
Me coloqué en una de las mesas que encontré libre. Tan solo un chico ocupaba aquella mesa de laboratorio. Todos iban con batas blancas gorros de cirujano y mascarillas. Me coloqué a su lado saludándole, él no hizo mas que una mueca que apenas pude apreciar, pues estaba muy concentrado en unas muestras.
Saqué mi indumentaria y me dispuse a analizar las pruebas que el profesor me había dejado junto al periscopio.
Mi compañero no me hablaba, seguía concentrado en sus cosas, pensé que era un antipático y decidí centrarme en el trabajo.
Algunas muestras eran resbalosas y en un descuido empuje con el codo una de ellas que se precipitó al suelo. Sin embargo no llegó a caer. Mi misterioso compañero la cogió al momento, con unos extraordinarios reflejos y a una velocidad asombrosa, casi imperceptible. Dejó la muestra sobre la mesa y volvió a sus muestras.
Estaba conmocionada pues aquel rápido movimiento solo se lo había visto hacer a una persona. Toqué su hombro y el apartó la mirada del periscopio mirándome fijamente a los ojos.
No podía ver mas que sus ojos, ya que su rostro continuaba tapado por aquella mascarilla, pero aquellos ojos eran inconfundibles. grandes, color caramelo, y esos reflejos... ¿ estaba loca? ¿ Podía ser cierto?
-¿ Ed... Edward? – la voz me temblaba , las manos me sudaban
Mi compañero se quitó la mascarilla , se quedó en silencio mirándome fijamente.
- Hola Sylvia
- ¿ Qué.. qué haces aquí? ¿ cómo...??
- ¿ Quieres comer conmigo? Puedo explicártelo
Nos dirigimos a la cafetería de la universidad, evidentemente Edward no comería, pues ya conocía la historia de sus días de instituto en el comedor.
Nos sentamos en una mesa. No podía dejar de mirarle, no podía creer que estuviese delante de Edward, después de tanto tiempo. No comprendía nada.
- No soy capaz de saber que piensas en este momento – dijo divertido
- La verdad es que estoy... impresionada, muy impresionada.
- Lo sé – sonrió y una vez mas me pareció el ser mas maravilloso del universo.
- ¿ Cómo te ha ido este último año? – me preguntó divertido
- Bueno bien.. me gradué y bueno aquí estoy, este era el plan
- Si, ya veo que lo conseguiste.
- ¿ lo dudabas?
- No en absoluto, siempre he creído que no tendrías problema en graduarte .
- ¿ Por que estas aquí Edward? ¿ Cómo sabias que yo...?
- Espera Sylvia, sabía que vendrías a Alaska, y también que estudiarías medicina. Y si, te he estado esperando. ¿ he contestado a todo?
- ¿ Por qué? – pregunté perpleja
- Porque este era mi plan. Una vida nueva para mi. Te hice caso. No quería estar solo. Visité a Bella. Su vida estaba en orden y me sentí feliz por eso. No me dolió, no me hizo daño saber que había rehecho su vida, pero me dolía cada día que pasaba lejos de ti. Tu lo habías dejado claro. No querías esta vida conmigo, no querías misterios, ni oscuridad y yo no podía ofrecerte nada mejor.
Mi única opción era esperarte, ¿qué es un año para alguien que dispone de toda la eternidad? Mi familia vive aquí ahora, ¿recuerdas?
Regresé a casa con mis padres y mis hermanos, les conté todo lo que había pasado aunque ya estaban enterados por Alice y Emmet .
Te vi en verano, llegaste con tus padres, Alice me lo dijo, ella te vio. No sabes como deseaba acercarme a ti pero no quería que fuese de esa manera.
- Y .. ¿ ahora? – pregunté mientras unas lágrimas resbalaban por mis mejillas.
- Ahora somos dos personas que se acaban de conocer, en un país en el que las leyendas sobre los Cullen no existen. Podemos estar juntos sin escondernos, hacer una vida casi normal
-
- Pero Edward tu... sigues siendo un vampiro
- No voy a dejar que te pase nada, voy a cuidar de ti hasta que tu digas basta, nunca te volverá a pasar nada. Te lo prometo.
- No lo se.. todo esto es... no se que decir.
- Di que si, dime que quieres estar conmigo .

Epílogo : Siempre hay Otra alternativa

Es navidad, mis padres y Chloe vienen a Alaska a pasar las navidades, al principio no se mostraron muy conformes, no era lo que tenían pensado pero les insistí contándoles que mi novio y su familia estaban deseando conocerlos y que celebraríamos todos juntos la navidad. Al final cedieron.
Edward y yo decidimos mudarnos a un apartamento de una sola habitación. Allí tendríamos mas tiempo para estar solos.
Desde que habíamos vuelto a estar juntos no nos habíamos separado. Su familia me acogió como si me conociesen de toda la vida. Todos fueron fantásticos, incluso Rosalin que aunque algo fría enseguida congeniamos. Creo que empezaba a asumir que su hermano tenía preferencia por los mortales en el tema del amor.
Mis padres llegaron el 24 de diciembre por la mañana. Edward y yo los recogimos en el aeropuerto. Edward se comportó como un perfecto caballero y se ganó a mis padres enseguida.
La cena fue maravillosa, era divertido ver a los Cullen hacer un esfuerzo por comer y a mis padres elogiar las cualidades culinarias de Esme, quien había encargado toda la cena al mejor restaurante de la ciudad..
Cuando por fin dejamos a mis padres en su hotel, ya en el apartamento Edward me dijo que tenía un regalo de navidad muy especial para mi.
- Me encantan las sorpresas, no creo que pueda esperar a mañana- le dije con una sonrisa picarona.
- Entonces te lo daré ahora.
Sacó de un cajón una cajita cuadrada, bastante antigua, la verdad es que aquella cajita me sonaba haberla visto antes.
La puso entre mis manos y la abrió.
- Sylvia, este anillo perteneció a mi madre, imaginas cuanto tiempo tiene... , lo he guardado pensando en que algún día podría llevarlo la persona con la que decidiera pasar mi vida. Quiero que lo tengas tu.
- Dios mio Edward, es precioso. Lo recuerdo ¿ sabes? Lo encontré con el resto de tus cosas.
- Quizás fue el quien te encontró a ti y no al revés.
- Es posible... Edward... esto quiere decir que...
- Quiere decir que quiero estar contigo siempre .
- Pero, Edward tu siempre seras el mismo y yo cambiaré, eso lo sabes ¿ no? No siempre seré igual
- Para mi si lo serás, me da igual el aspecto que tengas.
- Nunca habíamos hablado de esto y ahora que sacas el tema estoy muerta de miedo. No quiero imaginar el día que dejemos de estar juntos.
- Sylvia, ¿sabes que?
Me quedé expectante mirando sus ojos traviesos, aunque no podía leer lo que su mente tramaba.
- ¿ Qué Edward?
- Siempre hay otra alternativa
Inclinó mi cabeza yo cerré los ojos su boca se posó sobre mi cuello repasando con los labios toda mi yugular, sentí que se aferraba cada vez mas a mi, cuando como agujas sentí sus comillos sobre mi piel.
Fin

Agradecimientos:

Quiero agradecer a todos los que habeis seguido esta historia el haberme dado energía para continuarla, aunque en ocasiones haya estado ausente, siempre esta historia ha estado en mi mente desde el día que la comencé.

Tambien quiero agradecer los debates que ha suscitado Otra alternativa, eso es lo mejor de todo, opiniones de todas las clases.

Gracias por entender que esto es un fict y que no pretende compararse en absoluto con la maravillosa saga de Meyer, aunque las comparaciones puedan ser obvias en ocasiones.

Gracias a todos y hasta siempre.

Raquel










6 comentarios:

Anónimo dijo...

Ahhhhh me encanto la verdad, que lindos me encanto, que mal que ya terminara, no puedes hacer la continuacion?

CARLA

Raquel dijo...

no jejeje este es el final

Consuelo dijo...

Me gustó mucho el final! inesperado, pensaba que iba a volver con Bella! jaja

AliceSix dijo...

OMG!!!!!!!!!!11
Raquel!
Me encanto..! me recontra encanto ..
Ame que Edward la convirtiera en VAMPIRO.
OMG!!
Que felicidad! (:
estoy ddemasiado Feliz!
Me encantaaa!
felicidades!

Raquel dijo...

gracias!!! me alegra que os haya gustado!

Anónimo dijo...

hola!!!
awww llloraree se cabo me gsuto mucho el ficcc
besosS
kuidateE=DD*
nos vemoss...

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