Su Fiel Amigo (Capítulo 8 y 9)

-> Introducción al Fict y Agradecimientos

CAPÍTULO 8: "Quien era Jake?"

Esa situación no me la esperaba para nada, y menos tan pronto. Me quedé allí parado, con Bella en brazos y mirándonos uno al otro.

- Que pasa Jake? – me dijo Bella al oído.

- Ah… así que ella si que tiene permiso para llamarte…Jake. – los ojos los tenía de un rojo muy intenso, parecían mucho más violentos e intrigantes. – mañana al anochecer… - dijo finalmente, luego en un abrir y cerrar de ojos desapareció.

- Quien era Jake? – preguntó Bella.

- Leah… - dije en voz baja.

Después de pronunciar ese nombre, se produjo un gran silencio. Bella tenía la mirada fija en mí esperando algo. Esperando a que pronunciara esa palabra de nuevo.

- Lo es Bella, es Leah – le aclaré.

Bella se bajó de mis brazos, y bajando la mirada hacia el suelo – No… no puede ser… - dudó, pero ella sabía que podía ser verdad. En aquel sitio estaban pasando cosas muy extrañas para ella. Hombres lobo, vampiros…

La abracé dulcemente y luego la cogí de nuevo en brazos para llevarla a su cuarto. Esta vez, yo me mantuve despierto, no sabía de lo que era capaz Leah, ahora no. Estaba celosa, lo sabía, y podía llegar hacer algo inesperado. Así que me senté en la ventana de la habitación de Bella, y esperé a que amaneciera.

CAPÍTULO 9: "El grito amargo"

Solo faltaban unos minutos para que anocheciera. Me había pasado todo el día en el porche de detrás de casa intentando arreglar unas motos. Bella? Oh, ella estaba en casa con Charlie. El jefe se había tomado la tarde libre para descansar, así que me tomé unas vacaciones. Light, por supuesto. Debía estar atento a cualquier aviso, Seth y Quil vigilaban la casa de los Swan, mientras Sam recorría el claro en busca de cualquier intruso.

Nada.

Todo despejado.

No me arreglé en absoluto. Leah era en ese mismo instante mi enemigo número uno. A más, tampoco tenía para arreglarme. Solo me quedaban un par de pantalones. Si, es que esto de ser hombre lobo es bastante difícil.

Llegué al claro en cinco minutos aproximadamente. Era un lugar muy amplio y limpio. Jamás había visto un claro tan simétrico, con una redondez tan perfecta, como si alguien hubiera arrancado los arboles a propósito para crear un círculo impecable. El lugar no parecía tan alucinante sin la luz del sol, pero seguía siendo sereno y muy hermoso. Era mi lugar favorito en Forks.

Me había pasado todas las tardes de verano allí, solo. Fue muy duro para mí cuando Leah me dejó, pero no se me notó para nada. Nadie me preguntaba porque veían que estaba bien, pero en el fondo… estaba hecho una mierda. Encontrarme de nuevo allí con ella… me hubiera gustado que fuera… no se… romántico? No!

Pero bueno, no fue nada así. Yo me encontraba justo en el centro. La luz de la luna recaía en mi cuerpo, haciéndome visible en medio del crepúsculo. Entonces, en la lejanía apareció una sombra. Si, era Leah… pero después de ella la seguían más. Edward, Jasper… el armario de Emmet… todos. Absolutamente todos. Y eso que quería hablar a solas conmigo... A que se debía ese cambio de actitud? Si. Justamente eso. Me "vio" con Bella. Que otra cosa iba a ser?

No tardaron mucho a posicionarse frente a mí. Mis ojos recorrían la gran fila de un lado para el otro, y analizando cada minucioso y pequeño gesto.

Cuando Leah llegó a mi altura, me preguntó:

- Que has venido solo animalito? – ese tono burlón me encendió de tal modo, que el fuego empezó arder en mi interior y lo extendí para que fluyera por todos mis miembros. Tras un estallido de calor, volví a estar a cuatro patas y unos segundos después, toda mi manada yacía a mí alrededor.

- Tranquilo Jacob – Dijo Edward. – sólo queremos a la chica.

No lo iban a conseguir, no mientras estuviéramos vivos. (pensé)

- Y tanto que será nuestra. – prosiguió Edward. Me había leído el pensamiento?

- Si no nos la entregas por las buenas, la cogeremos por las malas!

Y de pronto, todo el aquelarre de los vampiros se abalanzó sobre nosotros, pasando de ser aquello una conversación a dos, a una matanza.

Sólo pude defenderme de Edward, que fue ese el que se abalanzó sobre mi. Me tiraba de las orejas e intentaba morderme en el lomo. No podía ver a los demás. Estaba demasiado concentrado en no resultar herido. Debía proteger a Bella. Eso de ir al claro, había sido la mayor estupidez que había cometido nunca. Bella estaba sola ante el peligro. Toda mi manada estaba aquí luchando por mí. Y si pasaba algo? Bella acabaría herida o quizá muerta! No podía pensarlo. Solo tenía que concentrarme en sacarme de encima a ese vampiro.

- No! – un gritó amargo inundó el claro. Todos paramos de luchar y nos miramos los unos con los otros. Apartado de nosotros permanecía yacente en el suelo, con su pelaje dorado, Seth. A su lado, llorando, Leah.