Fanfict de Raquel (cápitulo 5)

El Oso
Desperté cegada por la luz del día, pese a que era un día nublado, era suficiente luz como para irritarme los ojos, quizás mi padre tuviese razón y el gran ventanal no era una buena idea.
Me di cuenta de que aún llevaba la ropa del día anterior. No había ni rastro de Rusty, seguramente estaba en el jardín. Me fui al cuarto de baño a darme una ducha y lavarme los dientes. Me vestí rápidamente y bajé deprisa las escaleras.
El resto de mi familia se encontraba en la enorme cocina, en aquella casa todo era grande. Al parecer mis padres habían madrugado y habían hecho la compra a primera hora de la mañana. Mamá se encontraba haciendo tortitas, papá leía el periódico y Chloe ojeaba el Vogue, a Chloe no es que le gustase demasiado la lectura pero la moda le volvía loca, era capaz de recordar todos los diseñadores que desfilaban en la semana de la moda de Nueva York .
- Buenos días – saludé a mi familia –
- Buenos días hija-
- Ummm ¿eso que huele tan bien son tortitas? -
Me encantaban las tortitas con sirope de arce, era mi desayuno preferido
- Si, vamos a celebrar nuestro primer desayuno en nuestra nueva cocina.
Mamá sonaba contenta y parecía disfrutar de la enorme cocina, le encantaba cocinar y yo había heredado esa habilidad, en nuestra anterior casa solíamos preparar juntas las cena y sorprendíamos a mi padre con deliciosos postres.
Lástima que tuviese que estropear ese dulce momento con mis sospechas sobre el oso que se suponía acechaba nuestra casa, pero no podía pasarlo por alto, si un oso andaba cerca podría resultar peligroso, además claro estaba, de frustrar todos mis planes para el día de hoy.
- papá.. – comencé a decir
- ¿ que ocurre? Contestó mi padre sin levantar la vista del periódico.
- Veras... –
la verdad es que no tenía ni idea de cómo abarcar la conversación, no quería que mi madre se pusiera histérica y provocar el pánico en mi familia, si eso ocurría mi madre exigiría marcharnos de allí y eso no era lo que yo quería, así es que decidí dar un rodeo en vez de ir directa al quiz de la cuestión.
- ¿Crees que aquí podría haber osos? – mi padre dio un largo trago a su café y me miró asombrado por mi pregunta.
- ¿osos? ¿no pensarás que aquí hay osos verdad?
- Bueno, no pero ¿podría haberlos? .- me di cuenta de que tanto mi madre como mi hermana habían dejado lo que estaban haciendo y nos prestaban toda su atención.
- Podría, pero no aquí tan cerca de la civilización .
- ¿Civilización? – mi hermana había pegado un respingo y miraba a mi padre enarcando una de sus cejas – ¿vas a decirme que esto es la civilización? Estamos en medio de la nada, esto no se parece nada a la civilización papá por dios.
Mi padre hizo caso omiso a mi hermana y continuó diciéndome – Sylvia, es prácticamente improbable que haya osos aquí.
- Pero no estas diciendo que no puede que los haya ¿verdad? – continué insistiendo.
- Vamos haber hija, que es exactamente lo que te preocupa
Ya estaba, tantos rodeos para al final tener que decirle lo de los gruñidos, sabía lo que ocurriría a continuación, mi madre se pondría histérica y mi hermana encontraría la excusa perfecta para salir pitando de allí.
Pero para mi sorpresa nada de eso ocurrió, bueno si, mi hermana encontró la excusa perfecta, pero contra todo pronóstico no pudo salir pitando de allí por mucho que lo desease.
- Ayer escuché un ruido, continué diciendo
- ¿ qué clase de ruido?
- Bueno, un.. un .. gruñido
- ¿ Un gruñido?
- En realidad lo escuché tres veces, la última anoche.
- Vaya... No he escuchado nada ... ¿ has escuchado algo tu Martha?
- No, yo no he oído nada – dijo mi madre extrañada.
- ¿ y tu Chloe? – preguntó mi padre a mi hermana.
- No he oído nada – contestó secamente.
- Pues os aseguro que lo he escuchado y era espantoso, Rusty también lo ha escuchado, ayer se alteró..
- Haremos lo siguiente para que todas estéis tranquilas, no creo en absoluto que haya osos pero para salir de dudas llamaremos al jefe de policía y haremos que vengan y rastreen la zona por seguridad.
- ¿ Estas de acuerdo Martha? - Preguntó mi padre a mi madre, quien tenía cara de preocupación.
- Supongo que me quedaré mas tranquila.
- ¿ Sylvia, Chloe? – mi hermana y yo contestamos al unísono y mi padre telefoneó al jefe de la policía de forks.
En media hora el jefe de la policía estaba llamando a la puerta.
- ¡ Jefe Swan! gracias por venir - mi padre le estrechaba la mano a modo de saludo.
El jefe de policía nos saludó con un ligero movimiento de cabeza, parecía hombre de pocas palabras, mi madre, mi hermana y yo nos limitamos a levantar la mano.
Mi padre le explicó que temía que hubiese alguna clase de animal suelto cercando la casa y el jefe Swan muy amablemente se ofreció a peinar toda la zona para que estuviésemos mas tranquilos.
Después de un par de horas largas en las que habíamos dedicado el tiempo a colocar nuestras pertenencias, aquellas que la agencia había dejado esparcidas por el salón en cajas, el jefe Swan hizo su aparición con dos de sus hombres, confirmando lo que mi padre ya sabía, de osos nada de nada.
La explicación del Jefe de policía era la mas lógica que había escuchado hasta el momento, primero porque los osos como bien había dicho mi padre no bajaban hasta allí, segundo porque de haber habido algún oso u otra clase animal sus huellas estarían por el camino o incluso en el bosque y en ninguno de los dos sitios había huellas que hiciesen presagiar que algún tipo de animal que no fuese Rsty andaba merodeando por allí. Así pues, caso cerrado.El jefe Swan se despidió de mi padre con el mismo apretón de manos que cuando llegó y se marchó con sus hombres probablemente a pasar el resto del día sentado frente a un televisor, pues Forks no tenía pinta de que a menudo se necesitasen los servicios de la policia local.